
La incidencia de casos por infecciones de transmisión sexual (ITS) ha aumentado de forma alarmante en la población actual. Detrás de este incremento puede verse la falta de educación sexual en general y a veces el desdén con el que se trata esta cuestión. A ello se suman otros factores que promocionan o facilitan la práctica desenfrenada de relaciones sexuales. En la actualidad, el alza de esta tendencia morbosa es muy preocupante.
Si bien no se le pueden poner puertas al campo, deberíamos asegurarnos que a la población llega un flujo importante y cercano de información en materia preventiva. Cómo profesionales de la salud debemos trabajar en la promoción de un estilo de vida saludable y seguro y deberemos velar por ello de una forma prioritaria. Esto pasa por dar a conocer no solamente la existencia de las ITS, sino también por sensibilizar sobre sus efectos y su impacto en nuestras vidas.
Contrariamente a lo que piensa el público en general, las ITS también están estrechamente relacionadas con la materia bucodental, ya que se manifestarán de formas interesantes y comprometerán el equilibrio saludable de nuestra cavidad oral.
Cabe destacar las siguientes manifestaciones de esta clase de enfermedades en la boca:
● Que contrariamente a lo que muchos varones pudieran creer, el virus del papiloma humano (VPH) es lesivo, siendo un factor de riesgo importante en la aparición de cánceres en boca o garganta. Con una proporción 4 a 1 en comparación con las mujeres.
● Que el herpes puede no limitarse a leves llagas, pudiendo cursar con un aspecto de verrugas intraorales, dolorosas y desagradables.
● Que la sífilis pudiera provocarnos en un estadio inicial y a nivel bucal, úlceras llamativas y dolorosas conocidas cómo ‘Chancros sifilíticos’.
● Sobre la gonorrea y sus efectos bueno sería conocer que entre los síntomas bucales más comunes podemos encontrar: dolor o ardor en la garganta, glándulas inflamadas y, ocasionalmente, desagradables puntos blancos.
Es destacable en particular la presencia de hongos cómo la Candidiasis, o fenómenos cómo la leucoplasia vellosa, ya que podrían indicarnos una infección por VIH. Podremos dejar de exponernos a todo posible mal mediante el uso de barreras muy sencillas de adquirir y utilizar en la práctica sexual de riesgo, cómo los preservativos y los diques vaginales (siendo este último un gran desconocido). Si bien pudiera parecernos algo lógico y adecuado, sigue siendo un recurso preferiblemente evitable por gran parte del público. Una máxima social debería ser tratar de evitar que la ignorancia condicione a las personas en cualquiera de sus formas. Que dispongan de las herramientas necesarias para poder discernir sobre lo que conviene y no conviene, dependerá de nosotros en un principio, siendo nuestro primer deber moral tratar de lograrlo y en el que valdrá la pena destinar el mejor de nuestros esfuerzos.
Sergio Ortiz Benejam
Estudiante de 1º de Higiene Bucodental del C.F.P Folguera-Vicent